Smart Universities: el futuro de la educación

Smart Universities: el futuro de la educación

Smart Universities, Universidades Inteligentes o Universidades 2.0. Con este término hacemos referencia a aquellos centros educativos que se ocupan de la formación de los futuros talentos al tiempo que se muestran socialmente responsables con la comunidad que integran, contribuyendo al desarrollo de las sociedades a través de la capacitación de los trabajadores que esta necesita y de diferentes aportes como investigaciones y generación de puestos laborales.

Una universidad es inteligente o Smart cuando logra crear un entorno en el que sus estudiantes pueden desarrollar todo su potencial. Esto se logra mediante organización, hábitos de colaboración, un entorno propicio para la investigación y el emprendimiento, docentes capacitados, y un clima que estimula tanto el crecimiento personal como el profesional.

Para lograr este objetivo, las universidades deben valerse –entre otras cosas- del uso de la tecnología.  

La tecnología ha cambiado el mundo, ha dado un giro a la sociedad y por lo tanto también a la educación. El hecho de estar hiperconectados y contar con acceso a la información a cualquier hora, desde cualquier lugar y empleando una amplia cantidad de dispositivos, ha dejado su huella en estudiantes y centros educativos, que deben adaptar su oferta a este nuevo contexto.  

A causa de este nuevo paradigma, tanto las ciudades como los centros de trabajo, zonas de esparcimiento y centros educativos se encuentran inmersos en una ola tecnológica, que busca hacer los procesos más eficientes y confortables para los usuarios. Quizá el término más conocido al respecto sea el de Smart Cities, pero lo cierto es que la revolución tecnológica también ha alcanzado a las universidades, convirtiéndolas en inteligentes.

 

¿Qué debe tener una universidad inteligente?

Para transformar a una universidad en Smart se requiere mucho más que implementar tecnología en las aulas, agregar pantallas en cada pasillo u ofrecer oportunidades de formación online. Para adaptarse a este cambio de paradigma lo que se requiere es un cambio de mentalidad.

Una universidad inteligente debe contar con aulas que incorporen sistemas inteligentes de software y hardware, tecnología de vanguardia en cada rincón, profesores capacitados para desenvolverse correctamente con la tecnología, estrategias definidas de enseñanza que contemplen el uso de la tecnología, y un profundo conocimiento de sus estudiantes y las necesidades de estos.

Además, una universidad Smart es aquella que se preocupa por la sostenibilidad, que busca la innovación constante, que trabaja para lograr la eficiencia y que es amigable con el medioambiente.

En este nuevo paradigma las universidades son vistas como actores del cambio, que deben comprometerse a formar ciudadanos conscientes que busquen el beneficio de la comunidad.

Los millennials quieren cambiar el mundo, mejorar la sociedad y crear los emprendimientos del futuro a partir de propuestas colaborativas. Las universidades que pretendan ser consideradas como inteligentes deberán incentivar y mantener vivo este deseo, fomentando las capacidades de cada uno de sus estudiantes y alentándolos para explotar al máximo su talento. La universidad inteligente será, en definitiva, una especie de incubadora en la que se desarrollen los proyectos y soluciones que –en caso de ser exitosos- luego pueden transferirse a la sociedad y transformarla de forma positiva.

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