Fue negligencia el desplome de helicoptero que mato 14 en Oaxaca

Fue negligencia el desplome de helicoptero que mato 14 en Oaxaca

“Había unas 20 personas acampando” para resguardarse de las réplicas sísmicas, pero cuando llegó el helicóptero los pobladores “se entusiasmaron y su curiosidad los llevó a correr en masa hacia la nave”

La cifra de muertos por el accidente del helicóptero militar que se desplomó la noche del viernes, se elevó ayer a 14, informaron las autoridades de Oaxaca.

Según las autoridades, una nube de polvo causó que el piloto perdiera el control y se desplomara sobre una camioneta en un campo abierto, donde los residentes locales habían establecido un campamento para pasar la noche ante el temor de que alguna réplica pudiera derrumbar sus casas.

“Había unas 20 personas acampando” para resguardarse de las réplicas sísmicas, pero cuando llegó el helicóptero los pobladores “se entusiasmaron y su curiosidad los llevó a correr en masa hacia la nave”, dijo un militar bajo anonimato por no estar autorizado para hablar del tema.

La gente “no ha acabado de digerir lo ocurrido y pasamos de ser los buenos a los malos”, prosiguió el militar frente al helicóptero siniestrado.

Exigen la renuncia y encarcelamiento de Salvador Cienfuegos

El ministro de Defensa, Salvador Cienfuegos, dijo el sábado a los habitantes que su cartera "asume totalmente su responsabilidad" y aseguró que sus soldados se sienten "tristes y consternados".

Pero los pobladores, que este domingo seguían enterrando a sus muertos, se sienten indignados.

"¡Con ninguna disculpa van a remediar esto!", clamó Eduardo Morales en el cementerio de Jamiltepec, tras enterrar a su primo Lauro Sánchez muerto en el accidente a los 28 años.

"Quedaron niños huérfanos, señoras viudas. Esos niños que quedaron mochos de los pies, ¿quién los va a mantener y sacar adelante?", cuestionó visiblemente molesto.

El sábado, cientos de habitantes salieron entre sollozos en una marcha fúnebre para despedirse de sus muertos.

Ambientados con una fuerte música de banda, la procesión llevó los coloridos ataúdes hasta el atrio de la iglesia, adonde algunos familiares de víctimas llegaron gritando y llorando.

Durante la ceremonia, que se llevó a cabo rodeada de flores blancas y veladoras, Virginia Suárez se aferra a su rosario mientras acompaña a la familia del fallecido Lorenzo Zárate.

"Todos decimos lo mismo: ¿cómo es posible que murieran así cuando justamente se estaban resguardando del sismo?", se pregunta esta anciana, cuyo rostro cubría con un velo blanco.

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