Aliria Morales y sus óleos de Juan Rulfo en Mazatlán

Aliria Morales y sus óleos de Juan Rulfo en Mazatlán


Aliria Morales y sus óleos de Juan Rulfo en Mazatlán

Inspirada en las dos obras clásicas de Juan Rulfo: El llano en llamas (1953) y Pedro Páramo (1955), la pintora Aliria Morales (Ciudad de México, 1950) realizó la serie plástica “Poética de la tierra, a Juan Rulfo”, que desde el lunes 16 presenta la Galería Ángela Peralta, del puerto de Mazatlán, Sinaloa.

Se trata de la misma colección artística en acrílico, masa roca, bujo y técnicas mixtas que el año pasado se dio a conocer en el marco del centenario del natalicio del célebre escritor, en espacios como el Centro Cultural del México Contemporáneo y la Galería de Televisión Educativa.

La también muralista, grabadora y especialista en arte sanador ofrece, a través de las 22 creaciones de dicha muestra, ejemplos de la injusticia social que Rulfo plasmó con palabras en su literatura. Cuando la reportera Niza Rivera interrogó a Aliria Morales acerca de cómo le nació la inspiración plástica de “Poética de la tierra, a la tierra” (Proceso. Número especial “Cien años de Juan Rulfo, “Vine a Comala…”), ella señaló:

“Todo. Es un poeta, sus letras van más allá del silencio, fue un hombre pasional que profundizó en el dolor del ser humano, la miseria, los indígenas, la pobreza, en el dolor del pueblo mexicano.”

La serie consta de paisajes y personajes de Rulfo, de manera que los cuentos de “Luvina”, “Talpa”, “Macario” y “Anacleto Morones”, por ejemplo, cobran vida en los óleos de Morales, quien intentó captar la desolación, la miseria, la tristeza, pero también la búsqueda constante de la esperanza en las historias rulfianas.

Miembro del Salón de la Plástica Mexicana desde el año 2000, Aliria Morales dedicó tres años y medio a la serie, cuyas medidas van de 1.50 por 1.20 metros a dos por 1.10 metros, y que a decir de la periodista, guionista y dramaturga Susana Cato, autora del texto del catálogo para la exhibición, La poética terrestre de Aliria Morales, la artista plasmó lo que parecía imposible:

“La obra de esta exposición, alimentada a tragos de inspiración por el autor de Pedro Páramo y otras maravillas, logra dar cuerpo y forma a esta intocable atmósfera de neblina, tierra y resignación y tristeza de la gran novela mexicana. Parece usar tan sólo cinco colores: ocre tierra, amarillo cenizo, blanco bruma, negro destino y rojo sangre. Y caminando, perturbados, asombrados, en esta exposición parecemos nosotros los seres de ficción, vestidos con colores brillantes y soltando carcajadas que poco respetan a estos expresivos difuntos.”

Subraya Morales:
“Pintar cosas bonitas es muy fácil, lo he hecho y han tenido éxito; pero siempre será más complicado expresar los sentimientos, los momentos difíciles, hay que desgarrarse, y eso sentí cuando leí a Rulfo. Era un hombre al que se puede decir que le dolía el dolor, es justo lo que me interesa expresar.”

Aliria Morales comenzó a pintar, de acuerdo con lo que manifestó a Niza Rivera, “ya grande”, aunque desde muy niña dibujaba:

“Conforme crecí sabía que quería pintar, pero cuando le dije a mi padre me lo negó, me decía que me moriría de hambre y que los artistas eran homosexuales. Luego me lo negó mi esposo también. Digamos que siempre fui la hija y la esposa obediente.

“Hasta que un día tuve un accidente en casa y me quemé todo el brazo, fue una experiencia dura, pero a partir de ahí obtuve el ‘permiso’ para pintar de la persona menos esperada, un doctor que con el tiempo se convirtió en un gran amigo, Jacobo Vervitsky Borkow.”

“Poética de la tierra, a Juan Rulfo” permanecerá abierta hasta el 19 de mayo próximo.

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