Maria Butina, sospechosa de ser agente secreta, utilizó el sexo anal en un plan encubierto, dicen los fiscales

Durante cuatro años, un ruso acusado de ser un agente encubierto llevó a cabo un descarado esfuerzo por infiltrarse en círculos conservadores e influenciar a poderosos republicanos mientras ella secretamente estaba en contacto con agentes de inteligencia rusos, un alto funcionario ruso y un multimillonario oligarca cercano al Kremlin a quien llamó su "financiadora", dijeron los fiscales federales el miércoles.

La mujer, Maria Butina, llevó a cabo su campaña a través de una serie de engaños que comenzaron en 2014, si no antes, dijeron los fiscales. Mintió para obtener una visa de estudiante para realizar un trabajo de posgrado en American University en 2016. Aparentemente esperando una visa de trabajo que le concediera una estadía más larga, ofreció sexo anal a cambio de un trabajo. Ella se mudó con un agente político republicano casi el doble de su edad, describiéndolo como su novio. Pero en privado expresó "desdén" por él y le hizo hacer su tarea, dijeron los fiscales.

En una dramática audiencia de dos horas en el Tribunal Federal de Distrito aquí, los fiscales dijeron que la Sra. Butina, acusada de conspiración y actuar ilegalmente como agente del gobierno ruso, era la persona clave en una campaña calculada a largo plazo destinada a orientar a los políticos de alto nivel hacia los objetivos de Moscú. Aunque los fiscales no nombraron a ningún partido o político, los esfuerzos de la Sra. Butina estaban claramente dirigidos a los líderes republicanos, especialmente aquellos con aspiraciones de la Casa Blanca en 2016, incluido Donald J. Trump.

Ella "debería ser considerada a la par de otros agentes secretos rusos", dijeron los fiscales en un memo.