La socialista Mette Frederiksen gana las elecciones en Dinamarca

La socialista Mette Frederiksen gana las elecciones en Dinamarca

Mette Frederiksen (Aalborg, 41 años) acaba de dar la última vuelta de tuerca a la política de los países nórdicos. A excepción de Islandia y Noruega —que no forman parte de la UE y que tienen Gobiernos verdes y conservadores respectivamente— en la región vuelve la socialdemocracia después de años de Ejecutivo de coalición de liberales y conservadores donde la extrema derecha xenófoba y eurófoba también ha gozado de muchísima influencia.La música en los nórdicos empieza a cambiar y Frederiksen, una vieja conocida en el Folketing (Parlamento danés), será la mujer que con casi toda probabilidad dirija la orquesta en Copenhague —ella quiere hacerlo en minoría— hasta 2022 si consigue pasar la investidura después de que en las elecciones del miércoles consiguiera un 26% de los votos. “El mejor momento para plantar un árbol era hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora”, es el proverbio chino que repite y la mantiene activa.

Frederiksen es socialdemócrata, explica, porque le “apasiona” la justicia. Su programa político aboga por la defensa del estado de bienestar. En su perfil personal colgado en su página web explica cómo, cuando era una niña, sentía una gran angustia al escuchar las conversaciones sobre la situación laboral de los amigos de sus padres, muchos pertenecientes a la clase obrera. Decidió estudiar Ciencias Sociales en Aalborg, donde nació, y asesoró a la confederación danesa de sindicatos. Con 24 años ya era diputada en el Folketing, donde ejerció de portavoz de la comisión de igualdad de género. Y lideró el Ministerio de Trabajo y Justicia.

Ahora está a punto de convertirse en la primera ministra más joven de la historia de Dinamarca si en la sesión de investidura, que aún no tiene fecha, no obtiene más noes que síes.También será la segunda mujer que dirija el Gobierno después de Helle Thorning-Schmidt (2011-2015), también socialdemócrata. Su mano dura hacia la inmigración es, sin embargo, el principal escollo para que sus socios naturales del llamado bloque rojo (ecologistas y demás partidos de izquierdas) le brinden su apoyo, o se abstengan.

Frederiksen quiere poner coto también al consumo de tabaco, especialmente entre la población más joven. Y para ello sugiere subir el precio de las cajetillas. De hecho, la salud es la segunda prioridad para la ciudadanía por detrás del clima, según datos del Gobierno, ahora en funciones. La socialdemócrata fomenta también la sanidad pública: "Queremos invertir en el servicio de salud pública para que los daneses siempre puedan recibir un tratamiento bueno y gratuito", declara. Sin embargo, da también la bienvenida a inversores privados, especialmente en el sector de la investigación.

Durante los últimos cuatro años, la socialista ha recorrido todos los rincones del país escandinavo: pueblos, escuelas, centros comerciales. “Desde las altas de Thisted [noreste de la península de Jutlandia] hasta los lagos de Maribo [al sur]”, explica en la página web de su campaña.

Amante de la lectura de temas africanos —tiene un máster en esta materia—, confiesa que uno de sus libros preferidos es La sombra del viento, del español Carlos Ruiz Zafón. Y que disfruta viendo La vida es bella, del italiano Roberto Benigni. En la televisión, se enganchó a la serie estadounidense Mujeres desesperadas.

 

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